CIUDAD DE MÉXICO.- El pasado martes, Emma Coronel, exreina de belleza y esposa del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, fue encarcelada por cargos de narcotráfico.
Coronel, quien hoy tiene 31 años, se casó joven, a los apenas cumplidos 18 años, en 2007, con el famoso narcotraficante y tuvieron dos hijas gemelas. Ella conoció a Guzmán, quien es más de tres décadas mayor que ella, cuando era una reina de belleza adolescente. Sin embargo, la mayor parte de su matrimonio la pasó con su esposo encarcelado o escapando de las autoridades mexicanas y estadounidenses. Cabe recordar que “El Chapo” se encuentra cumpliendo una condena de cadena perpetua en Estados Unidos.
Poseedora de doble nacionalidad, estadounidense y mexicana, Coronel fue arrestada en el Aeropuerto Internacional de Dulles y compareció el día de su arresto ante la Corte estadounidense del Distrito de Columbia acusada de distribuir cocaína, heroína y otras drogas.
La fama internacional de Coronel se disparó durante el juicio de Guzmán en 2019 en Nueva York, al convertirse en una sensación mediática con sus vestidos de diseñador y la lealtad que mostró a su esposo, incluso cuando fiscales detallaron cómo mantuvo a una serie de amantes.
Hasta se convirtió en un personaje clave en el drama judicial cuando un exlugarteniente de Guzmán alegó que Coronel desempeñó un papel fundamental en la fuga, al estilo Hollywood, de su marido de una prisión mexicana por un túnel de más de 1,5 kilómetros de largo excavado bajo la ducha de su celda en 2015.
Buscando sacar provecho de su fama fuera de México, Coronel lanzó en 2019 una marca de ropa en Estados Unidos y apareció en un reality show televisivo sobre familias mafiosas. “Me considero una mujer normal”, dijo Coronel en el programa Cartel Crew de VH1, hablando a bordo de un yate. “Es triste que nos juzguen sin conocernos. Es duro”. En entrevistas con medios, Coronel enfatizó su perdurable lealtad a Guzmán y su enfoque en criar a sus hijas gemelas.
“Triángulo dorado”
La esposa del “Chapo” se crió en las montañas de Durango, parte del llamado “Triángulo dorado”, donde convergen estados con gran producción de amapola y marihuana, que incluye a Sinaloa. Su padre fue encarcelado por tráfico de drogas en 2017. La ahora detenida apareció por primera vez en los titulares después de su boda con Guzmán en 2007 en una iglesia de una zona rural de Durango, quien en ese momento estaba huyendo de las autoridades. Coronel estuvo al lado de su esposo durante varios episodios accidentados mientras la policía mexicana y agentes estadounidense lo rastreaban.
En el juicio de Guzmán, su ex mano derecha, Dámaso López, testificó cómo Coronel, junto con los hijos mayores de Guzmán, de otra madre, ayudaron a orquestar la fuga de la prisión en 2015. Obtuvieron un terreno cerca de la prisión, consiguieron armas, llevaron un camión blindado e incluso hicieron pasar de contrabando un reloj de pulsera con GPS a la celda de Guzmán para que los ingenieros del túnel tuvieran las coordenadas exactas de su celda para ayudarles en la excavación, según el testimonio. Finalmente, Guzmán fue capturado nuevamente en 2016 y extraditado a Estados Unidos en 2017.
En el juicio, cada vez que el narcotraficante entraba al tribunal, buscaba a Coronel y la saludaba. No podían hablar entre ellos, pero sus miradas llamaron la atención de los medios.
Miguel Ángel Vega, periodista de un diario de Sinaloa que cubrió el juicio del narcotraficante, habló de la relación con Coronel: “fue como una historia de amor en completo silencio, ya que no se le permitió decir nada. Es bastante interesante ver lo que está sucediendo en este nuevo caso, es como una telenovela”. (Reuters)